01 febrero 2011

MUHAMMAD ALI… EL MAS GRANDE…

A propósito de sus 69 años, los que acaba de cumplir, quiero desde este blog, rendir un sencillo homenaje, a quien precisamente, en el recién finalizado año anterior, cumplió 50 años de haber  aparecido,  como una de las más extraordinarias figuras de la historia del deporte, y que en 1978 se convirtió en el primer y unico púgil que conseguía el título de campeón del mundo del peso pesado en tres ocasiones distintas, lo que le valió ser exaltado como “mejor atleta del siglo XX”, este es el hombre que trascendió el Boxeo, trascendió el deporte, y se transformó en símbolo social contemporáneo…
Alí, campeón mundial reinante, el día de su segunda victoria sobre el temible Sonny Liston (1965).
Cassius Marcellus Clay nació el 17 de enero de 1942 en Louisville (Kentucky). Comenzó a practicar el boxeo a la edad de 12 años tras sucederle una curiosa anécdota: alguien le robó su bicicleta y un oficial de policía le aconsejó que aprendiera a pelear. En 1960, sólo seis años después, su carrera como aficionado arrojaba un balance de 108 victorias y 8 derrotas. Había conseguido seis títulos del Kentucky Golden Gloves (Guantes de Oro de Kentucky), el International Golden Gloves (Guantes de Oro Internacional) del peso pesado (prestigioso galardón que logró en 1959) y la medalla de oro, en la categoría de los semipesados, en los Juegos Olímpicos celebrados en 1960 en Roma (Italia). Precisamente después de este último triunfo regresó a su país y accedió al profesionalismo.Su trayectoria como profesional estuvo marcada por la consecución de tres títulos de campeón del mundo del peso pesado.
 Cassius Clay disputó su primer combate como profesional el 29 de octubre de 1960, derrotando a Tunney Hunsaker. En 1964 sumaba ya 19 victorias en el campo profesional y pudo desafiar, en condición de aspirante, al campeón del mundo del peso pesado, Sonny Liston. Clay predijo que le tumbaría en el octavo asalto. Se equivocó, pues necesitó menos tiempo para hacer bueno su pronóstico. Un desconcertante juego de piernas y un elegante estilo pugilístico le coronaron campeón del mundo del peso pesado en los inicios del séptimo asalto. Pese a sólo tener 22 años de edad, se autodefinió como The Greatest (El más Grande). Ese mismo año se convirtió al islam, se unió a la organización de los Musulmanes Negros y cambió su nombre por el de Muhammad Alí. En 1965 defendió su título ante el propio Liston en combate de revancha. Éste sólo duró 2m 12s, pues durante el primer asalto Alí sorprendió a Liston con un duro golpe, tan rápido que muchos aficionados no lo vieron, por lo que fue denominado pegada fantasma. Liston cayó, pero Alí no acudió a su rincón del cuadrilátero como es preceptivo, por lo que el árbitro no finalizó la cuenta de protección a Liston. Éste pudo recuperarse y levantarse, aunque entonces la pelea se dio por finalizada y Alí retuvo su título. Seis meses después volvió a ponerlo en juego ante el ex campeón Floyd Patterson, al que también venció. Hasta 1967 derrotó a otros cinco aspirantes.
En 1967, en el transcurso de la guerra de Vietnam, se negó a incorporarse al Ejército de Estados Unidos por su condición de ministro de los Musulmanes Negros, lo que implicaba su objeción de conciencia. Acusado de eludir el cumplimiento de su alistamiento, fue desposeído de su título mundial, que resultó declarado vacante, y le fue retirada la licencia para pelear en Estados Unidos. Tras una larga serie de apelaciones, le fue permitido retornar a las lonas a finales de 1970. En el transcurso de esos casi cuatro años de sanción, Joe Frazier se había convertido en campeón mundial del peso pesado. En marzo de 1971, tras haber ganado dos peleas, Alí pudo enfrentarse a Frazier en el que fue denominado “combate del siglo”, pues ambos púgiles permanecían invictos en el campo profesional. Alí fue derrotado a los puntos tras 15 asaltos, aunque ese mismo año tuvo la satisfacción de ver como el Tribunal Supremo de Estados Unidos revocaba el fallo que le había condenado por deserción.
Alí y Frazier (el cual había perdido su título ante George Foreman en 1973) volvieron a pelear, en enero de 1974, en el Madison Square Garden de Nueva York. El combate se pactó a 12 asaltos y su resultado, triunfo de Alí por decisión unánime de los jueces, le permitió adquirir la condición de aspirante oficial al cinturón mundial de los pesados. Alí y Foreman acordaron que su encuentro tendría por escenario la ciudad de Kinshasa (actual capital de la República Democrática del Congo, entonces Zaire). El combate acaparó la atención de todo el mundo; previsto inicialmente para comienzos del mes de septiembre de 1974, una lesión en el ojo derecho de Foreman retrasó su celebración hasta el 29 de octubre de aquel año. Alí se dejó dominar durante los primeros asaltos para, en los siguientes, aprovechando el cansancio de Foreman, encadeno una serie de duros y certeros golpes que tuvieron como colofón la caída de su rival en el octavo asalto. Así, Alí ganó su segundo título mundial del peso pesado en una de las más legendarias peleas de la historia del boxeo, cuyos preliminares y posteriores desarrollos fueron inmortalizados en el documental When We Were Kings (Cuando éramos reyes), realizado en 1996 por León Gast.
Tras defender con éxito su corona ante tres nuevos aspirantes en 1975, Alí aceptó volver a luchar contra Frazier en Manila (Filipinas) en octubre de ese mismo año. Los dos anteriores encuentros entre ambos se habían caracterizado por su espectacularidad, por lo que este tercer combate tenía todos los alicientes para convertirse en un hito del pugilato. De hecho, fue presenciado por 28.000 personas en directo y por 700 millones a través de la televisión. Tras 15 encarnizados asaltos, Alí revalidó su condición de campeón del mundo, pero ambos contendientes se ganaron un lugar en las páginas más brillantes de la historia de este deporte.
Tras haber retenido su título desde 1976 hasta 1978 en seis nuevas defensas del mismo, en febrero de 1978 lo perdió ante León Spinks en Las Vegas (Nevada). Poco tardó en reconquistarlo pues, en septiembre de ese mismo año, se impuso al propio Spinks en el combate de revancha celebrado en Nueva Orleans (Luisiana). Alí anunció su retirada en 1979 pero volvió a los cuadriláteros al año siguiente para retar a su heredero en el cetro mundial del peso pesado, Larry Holmes. Perdió, al igual que le sucedería el 11 de diciembre de 1981 ante Trevor Berbick, en la que fue su última pelea como profesional.
Se retiró con un balance como profesional de 56 victorias (37 antes del límite) y 5 derrotas. Para definir su estilo pugilístico, dijo que podía “volar como una mariposa y picar como una abeja”. En efecto, su peculiar juego de piernas, cercano al baile, era el preludio de una pegada inesperada y contundente. Por lo que respecta a su faceta extradeportiva, destacó por su constante denuncia de la segregación racial, así como por su decidida posición frente a la guerra. Ambas actitudes le generaron numerosos problemas. Estuvo siempre en primera plana de los medios de comunicación, siendo famosos los retos que lanzaba a sus contrincantes antes de los combates. Cuando estuvo en la cúspide de su carrera fue uno de los deportistas más famosos del mundo y, una vez retirado, conservó su prestigio, que vio incrementado por las constantes actividades caritativas y humanitarias que desarrolló por todo el mundo pese a verse afectado por la enfermedad de Parkinson. Debido a todo ello, en 1990 ingresó en el International Boxing Hall of Fame (Salón de la Fama del Boxeo Internacional), en 1996 le cupo el honor de encender la antorcha olímpica en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos celebrados en Atlanta, y en 1999 el Comité Olímpico Internacional (COI) le designó como mejor deportista del siglo XX en la categoría de deportes de combate.
A un humilde hombre de Buenaventura, Jorge Ben Hur Lozada, amigo de Ali, pues trabajo en su casa como jardinero, y quien luego se convirtió en empresario de espectáculos, se le deben todos los créditos por haber traído al país a la máxima leyenda del boxeo. La noche del sábado 12 de Noviembre, El Mas Grande Boxeador de todos los tiempos, junto con su esposa Verónica y seis acompañantes, pisaron suelo Colombiano, se hospedo en el Hotel Hilton en medio de una gran histeria colectiva.
El domingo recorrió la ciudad y visito la hacienda Vista Hermosa, donde el torero Jorge herrera le brindo una faena con un toro de 420 kilos, en la tarde fue al Campin que se lleno de publico que lo vio dar la vuelta olímpica y hacer el saque de honor en el clásico Nacional- Millonarios.
El lunes dedicó la mañana a los niños enfermos del Instituto Franklin Delano Roosevelt, para quienes se destinó parte de la recaudación del show que ofreció en la noche en la Plaza de Toros de Santamaría. A mediodía visitó en el Palacio de Nariño al presidente Alfonso López Michelsen. Como lo hizo con Henry Kissinger o Leonid Brezhnev.
Hablaron en inglés casi una hora de todo, en especial sobre Derechos Humanos y política, menos de boxeo. En el Museo de Arte Moderno autografió con acuarela un óleo pintado en su honor. Recibió las llaves de la ciudad.
En la noche, ante 12 mil aficionados, boxeó cinco asaltos en serio y en broma con el púgil colombiano Bernardo Mercado. Saludó a Pambelé. Se fue el martes en la mañana. Dejó un mensaje en español: “Colombia es muy bonito, todo es diferente, los paisajes, la gente. Les aconsejo a los deportistas colombianos que sean católicos, que vayan al colegio, que vayan a la universidad, para que sean tan grandes como yo.

Comentarios y opiniones a roso1220@hotmail.com.

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