13 noviembre 2011

Amilcar Brusa, legendario entrenador, era el MEJOR AMIGO de los Boxeadores


Amílcar Brusa había cumplido 89 años, al momento de su muerte, en su natal Santa Fe, en la Colonia Silva, un pueblo rural del norte de la provincia de Santa Fe, en el centro de Argentina. Había nacido coincidencialmente el 23 de Octubre de 1922.
En la adolescencia cuando Amílcar Brusa vivía con su familia, en la zona rural de Colonia Silva, en una región rica del norte santafesino, tenía poco apego a los libros y a pesar de su fortaleza física, no le agradaba la actividad agropecuaria, no quería laborar en el campo.
Entonces, don Pedro, su padre, un día lo llamó y en el curso de una conversación amena y positiva, intercambiando conceptos, lo sorprendió cuando le dijo: “Mirá, Amílcar: a vos no te gusta estudiar; me dijiste que tampoco quieres trabajar en el campo, porque te arruinas las manos en la actividad agropecuaria. Entonces te propongo algo; he observado que admiras a Luis Ángel Firpo, si te gusta el boxeo, adelante, yo te banco”.
El Grandote Brusa durante su actividad boxística, militó en la categoría pesado, haciéndolo como aficionado cuando tenía entre 22 y 26 años de edad, realizando 30 encuentros, adjudicándose el certamen Guantes de Oro, habiendo sufrido solamente tres traspiés, dos de ellos con Rafael Iglesias, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948.
Brusa recordaba en forma permanente que “uno de mis grandes amigos que me dio esta disciplina ha sido José “Chepo’ Reynoso, un hombre demasiado grande y solidario”. Enfatizaba con emoción, “cuando me tuve que ir del país, me abrió las puertas, el gimnasio y su corazón; no existen palabras para valorar a este verdadero luchador del boxeo internacional”. 
Este Viejo Zorro, entrenador argentino de boxeo, tuvo en sus manos 14 Campeones Mundiales, en Colombia se dio a conocer, en medio de las dos celebres batallas boxísticas entre nuestro Rocky Valdez, y el legendario Carlos Monzón, al final de la década de los 70s, en esos combates se dijeron muchas cosas, a veces hasta ofensivas, pero fue allí donde los periodistas descubrimos, en el gigante Brusa, no solo un sabio del Boxeo sino un gran señor y mejor amigo, que la ruleta de la vida después puso en el rincón de varios campeones Mundiales Colombianos, entre ellos al carismático Miguel Happy Lora, en 1985, cuando gano el Titulo Mundial de los Gallos en Miami, y de quien dijo, “Como con Monzón, con Happy me voy a cansar de ganar”, pero solo estaría con el gallo Monteriano, 2 defensas, pues sus exigencias, y profesionalismo en el trabajo, no les permitió una buena relación de Técnico-Boxeador.
De Brusa, habrá que hablar de su carácter recio en los gimnasios de entrenamientos, y en la orientación de las peleas, pues no “mamitiaba” a los boxeadores, por el contrario imponía su autoridad, con carácter, y exigiendo el máximo de concentración, pero lo que muchos no conocieron fue su ternura con esos mismos Boxeadores, a quienes lejos de los ensogados de entrenamientos y peleas, después trataba con la ternura de un padre a sus hijos.
Ese comportamiento lo resume en este celebre pensamiento: “El boxeo es mi pasión; quiero a esta actividad deportiva que ocupa un pedazo muy grande de mi vida. Esta disciplina es la única que puede ofrecer futuro a un chico humilde, pobre, sin estudios, que está fuera del sistema; tiene la posibilidad de aprender del mundo, de ganar plata, conocer su país y otros países del universo, viajar en avión, cosas que otro trabajo no le puede ofrecer...”, afirmaba el Viejo Maestro.
Amílcar Oreste Brusa se erigió en un verdadero maestro en la enseñanza del arte del boxeo, sacando a jóvenes de los peligros de la calle y convirtiéndolos luego en verdaderos hombres.
En ese sentido su obra maestra fue CARLOS MONZON, quien sobresale entre los catorce campeones mundiales, que forjo, y quien fue considerado el mejor peso mediano de la historia del pugilismo mundial.
“Carlos Monzón fue el más grande campeón de la categoría mediano, es una leyenda y un mito vigente”, solía decir, Reconociendo que “Monzón con sus 100 combates se convirtió en una leyenda, con la estelar consagración el 7 de noviembre de 1970, cuando obtuvo la faja universal al obtener el resonante triunfo, noqueando al monarca, Nino Benvenutti, con un directo espectacular, en la mejor actuación de toda su campaña profesional”.
Brusa reflexionaba: “Monzón fue un apasionado, quería con todo su corazón a la Argentina, era un nacionalista como yo, decía que de la única forma que le podían arrebatar el título de los Medianos de boxeo era sacándolo muerto del cuadrilátero. Cuando lo conocí, tenía siete peleas como aficionado y había perdido dos. Conmigo hizo 80 peleas más como amateur”.
En sus inicios, Monzón buscando un camino y un rumbo dentro del pugilismo recorrió distintos gimnasios, pero la vida le golpeaba duro, y estaba cayendo por puntos, hasta que...  el destino lo unió a Amílcar Brusa, Carlos necesitaba confiar en alguien y por eso en una de las primeras charlas le aclaró: "Mire, Brusa, a mí hace poco me robaron con un porcentaje. Yo sé que usted no roba. Por eso vengo a verlo".
Desde entonces se formó un verdadero trabajo entre ambos y en conjunto con profesionales de la talla de José Lemos, Adolfo Inocencio Robledo y Pedro Coria, también pupilos de Amílcar. La regla base consistió en incorporar conocimientos técnicos y sociales. Brusa hacía las veces de entrenador – amigo – padre.
Este fenómeno adiestrador, el 10 de junio de 2007, recibió el merecido premio de ser exaltado al Salón de la Fama del Boxeo Internacional, en Canastota, Nueva York, reconociendo que “Monzón fue un tipo muy agradecido y un excelente profesional. Antes de las peleas dejaba el cigarrillo, las bebidas y las mujeres”.
“Si yo transito con éxito por el mundo hoy se lo debo a mis catorce campeones mundiales y, sobre todo, a un líder que se llama Carlos Monzón”, destacaba Brusa.
De los 14 campeones mundiales profesionales de boxeo dirigidos por Amílcar Oreste Brusa, cinco de ellos nacieron en suelo de la Argentina, seis en la tierra cafetera de Colombia y uno en El Salvador, República Dominicana y Venezuela, respectivamente.
Seis pugilistas dirigidos por el experimentado conductor obtuvieron la corona latinoamericana; un solo boxeador fue campeón sudamericano; otro del Mundo Hispano; siete profesionales ostentaron el título argentino y 14 en el campo aficionado.
* Campeones mundiales: Carlos Monzón (Argentina), Mediano. Miguel Ángel “Lita” Cuello (Argentina), Mediopesado. Francisco Quiroz (República Dominicana), Minimosca. Miguel “Happy” Lora (Colombia), Gallo. Antonio Esparragoza (Venezuela), Pluma. Sugar “Baby” Rojas (Colombia), Supermosca. Tomás Molinares (Colombia), Welter. Luis “Chicanero” Mendoza (Colombia), Supergallo. Rafael Pineda (Colombia), Superliviano. Francisco Tejedor (Colombia), Mosca. Juan Domingo Córdova (Argentina), Minimosca. Jorge Rodrigo “La Hiena” Barrios (Argentina), Superpluma. Carlos “Famoso” Hernández (El Salvador), Superpluma. Carlos Manuel “Tata” Baldomir (Argentina), Welter.
* Campeón Mundo hispano: Ricardo Género.
* Campeones latinoamericanos: Luis Acosta. Carlos María (Manuel) del Valle Herrera. Jacinto Horacio Fernández. Luis “Chicanero” Mendoza. Hugo Pineda. Carlos “Famoso” Hernández.
* Campeón sudamericano: Carlos Monzón.
* Campeones argentinos: Carlos Monzón, Marcial Franco, Jacinto Horacio Fernández, Hugo Bidyerán, Héctor Sotelo, Francisco Mora y Diego Díaz Gallardo.
* Campeones amateurs: Rodolfo Ceccarossi, Luis Ibarra, Roberto López, José Bronzone, Adolfo Montenegro, Juan Domingo Roldán, Hugo Bidyerán, Oscar Florentín, Norberto Rufino Cabrera, Alberto Pacheco, Roberto Barrientos, Luis Acosta, Jacinto Horacio Fernández y Ceferino Morales.
En su natal Santa Fe, una comisión trabaja para levantar un monumento en su honor.

07 noviembre 2011

Campo Elías Terán,

 “El Mandarinosqui Mayor”: de los micrófonos a la Alcaldía de Cartagena


Campo Elías Terán Dix es oriundo del municipio de San Antero, Córdoba. Realizó el bachillerato en el Colegio Liceo de Bolívar de Cartagena, posteriormente estudió en la Universidad de Antioquia Administración Hospitalaria, y recientemente se graduó de Comunicador Social y Periodista en la Universidad Los Libertadores.
Fue alcalde del municipio de San Antero y profesional universitario en el área de la administración en salud en el departamento de Córdoba. Durante más de 25 años ha trabajado en medios de comunicación. En un principio fue narrador deportivo y luego en el ejercicio del periodismo social a través del “Noticiero Popular” de RCN.
Su popularidad, y el inicio de la campaña que hoy lo tiene como Alcalde electo de Cartagena, con la votación más alta en la historia electoral de la Heroica, es fruto de haber ayudado por muchos años a la gente a través de los micrófonos, y de la simpatía de quienes sienten que él es diferente a los políticos tradicionales.
Teherán, un afrocolombiano de casi sesenta años y que no pertenece a la tradicional élite política, Cartagenera, se convirtió en la principal opción de las clases menos favorecidas desde el momento en que comenzó hacer efectivas las diferentes campañas que por más de ocho años emprendió a favor de esas clases desprotegidas, en las zonas marginales, micrófono en mano y de frente con esas comunidades.
Teherán, Sananterano de nacimiento, pero gran Cartagenero de corazón, convirtió, en los años antes de lanzarse a la conquista del palacio de la Aduana, su micrófono en un instrumento de poder, y con humildad, y  gran clase humana, le permitieron no solo ganarse el cariño del pueblo raso, sino que se presentaba como amigo de políticos famosos, para convertirse en un intermediario entre las comunidades y el Distrito. Las personas llamaban para avisarle que en una cuadra estaban robando, que en un barrio no había luz hace dos días, o que están cobrando un impuesto predial alto en una manzana, y Campo, como le decían sus oyentes, llamaba al secretario encargado del tema, se reunía con el funcionario, presionaba por sus micrófonos. Y muchas veces lograba que se solucionara el problema. Además, Teherán se mantenía en contacto con las personas, no se quedaba en su cabina radial, mediaba entre pandillas, repartía mercados entre personas necesitadas, apoyaba competencias deportivas.
Por este tipo de actitudes, Campo Elías Terán es tan conocido por ello que su apodo, 'el mandarinosqui mayor', se refiere a su generosidad. La historia, contada por él, es que hace años se dio cuenta de que cuando los pensionados van a cobrar su mesada hay grupos de muchachas que los esperan para seducirlos y quedarse con su dinero. Al ver cómo los ‘pelaban’, se acordó de lo fácil que es pelar una mandarina, y los bautizó como ‘mandarinosquis’. Y, como, según dice, él regala y comparte todo lo que tiene, sus amigos lo terminaron llamando ‘el mandarinosqui mayor’.
Pero no todo es color de rosa para Campo Elías, pues lo ven débil a la hora de los temas de ciudad, administración pública, planeación, y falta de experiencia, y no es una crítica gratuita: Terán no ha sido elegido para ningún cargo público, lleva 20 años sin trabajar en el Estado y no es parte de una familia de políticos.
Campo se defiende. Recuerda su experiencia como administrador de salud en el hospital de Montería capital de su departamento de origen, Córdoba, donde tuvo actividad política, también como Alcalde de su natal San Antero. Y argumenta: “Soy un hombre estudioso, trabajador, y, sobre todo, tengo el apoyo de Dios”, dice y anuncia que va a estudiar administración pública, “especialmente con el tema de contratación pública, que es por el que tantos terminan en la cárcel”.
Aunque tiene claro que su principal apoyo fue en los barrios populares, Campo Elías evita ponerse de su lado y contra la elite Cartagenera. “A mí me reciben bien en el Club Cartagena”, dice. “Quiero que la clase empresarial tenga confianza en mi”, y les alarga la mano con dos propuestas: Es partidario de crear exenciones tributarias que permitan que más empresas se asienten en la ciudad y creen empleo. “Somos la segunda ciudad más exportadora del país, pero el 97 por ciento de lo que exportamos no es producido en Cartagena” recuerda. Además, quiere hacer obras. “Hay que hacer una unión con la sociedad de ingenieros y arquitectos para hacer obras para la movilidad. La ciudad necesita puentes.
Y por esta vía de los contratos, Terán también le habla a la clase política. “Yo no peleo con ninguno de los concejales. La relación con ellos tiene que ser de jalar y luego soltar un poquito”. Dice que no tiene sentido no darles puestos a los concejales si ellos presentan candidatos idóneos. Y es más: “Si un concejal me pide que le dé un contrato para hacer una calle, yo le pido que me mande la hoja de vida de la empresa a la que le quiere dar el contrato. Y si es bueno, miramos a ver qué se puede hacer”. Porque, según dice, lo que le importa es hacer obras para que la suya sea una administración admirable. “Mira, es la primera vez de un negro en la alcaldía de Cartagena. Si lo hago mal ¿cuándo volverá un negro a la alcaldía?”. 



09 septiembre 2011

WILLIAM CABEZA VIZCAINO

Su sueño naufrago en el mar
Una estrella del Beisbol Colombiano que se apago, en el mejor momento de su esplendor.

William Cabeza (q.p.d)
Nacido en un hogar de padres humildes, trabajadores, que procuraron y consiguieron, levantar una familia, en el marco de los buenos principios morales, William al principio quiso ser  ayudante de barco y pescador como su padre, Diomiro Cabeza, pero cuando se calzo un guante de Beisbol en su barrio de la Loma, y percibió el poder que tenía en sus muñecas para batear, le prometió a su madre Andrea Vizcaíno, ama de casa, que ese sería el deporte con el que espiraba a sacar adelante a su familia, y que ella no sufriera viéndolo surcar los mares en un barco.
 Este agresivo pelotero Sanandresano, que nació el 31 de Enero de 1966, en el tradicional e histórico sector beisbolero de la Loma, aparece en el firmamento beisbolero de las Islas algún día del año 1983, jugando la tercera base del equipo Hot Stof de Orange Hill dirigido por “Bombacho” Pomares, ante el hecho de no tener cabida en el equipo principal de la Loma, pues todavía el caballete Ovidio Williams, mostraba sus grandes dotes en la esquina caliente,  del equipo Lomero, esta situación hizo que solo al año siguiente, y por única vez, pudiera defender el tercer cojín en el equipo del barrio que lo vio nacer.
Ante la calidad a la defensiva, y la fuerza en el bateo de aquel mozalbete de solo 16 años por aquella época, Eduardo Castro manager del equipo del Centro se interesa en sus servicios como pelotero y lo trae al equipo, con el visto bueno de Ricardo Davis, capitán y principal animador de la novena, quien lo adopta como un hijo, para guiarlo y ayudarlo a forjarse como la gran figura que fue no solo para el Beisbol Sanandresano, sino para Colombia.
“El Bill” como le decían sus compañeros de equipo y de selecciones San Andrés, y de Colombia, se distinguió desde el inicio de su carrera, como un beisbolista agresivo, que cubría la tercera base casi siempre al borde de la grama interna, con unos reflejos felinos para destrozar cuanto batazo fuera por ese sector del campo de juego, como persona fue muy reservado, muy humilde, disciplinado, y en las practicas y durante el juego nunca descuidaba las señas e instrucciones que le impartían sus técnicos, razones que los entendidos y su compañeros han tomado para calificarlo como el mejor tercera base  de todos los tiempos en el Beisbol Isleño.
En 1984 William Cabeza logra con sus números a la ofensiva, su rapidez sobre las almohadillas, y con la  calidad de su guante a la defensiva en los torneos locales, convencer al cuerpo técnico de la selección isleña dirigido por Eduardo Castro y se pone por primera vez y para no quitársela mientras el Dios del cielo le dio licencia en la tierra, la camiseta de la selección San Andrés, para cuanto torneo nacional aficionado o profesional se tuvo participación. Entonces su nombre comenzó a sonar en todos los medios periodísticos deportivos del Continente Colombiano, el Beisbol de las islas que hasta entonces solo había logrado en su participación de los campeonatos Nacionales un subtitulo en el torneo de 1979 en Cartagena, comenzó a escribir también su otra historia.

Aquí la única vez que formo parte del seleccionado colombiano William Cabeza (q.p.d)
En 1989, se implementa en Colombia, el beisbol Instruccional, con la participación de las principales ligas del país y con la presencia de peloteros profesionales extranjeros y Colombianos, es entonces cuando este ariete isleño comienza a tejer su nombre con hilos de oro en todos los estadios de Colombia, y guiando a las Islas a 2 títulos de los 5 torneos que se disputaron, comenzando con la 3ª copa en 1993, la final: Córdoba- San Andrés, se comenzó a jugar en Montería, y de allí con la serie empatada a un juego por bando, de la mano de William Cabeza los Isleños llegan a su estadio, y  hacen respetar la casa, ganando  el tercero y el cuarto juego. Para el quinto juego el domingo 7 de Febrero, William se viste de héroe, bateándole de 4-3 a Manuel Hernández, el mejor lanzador zurdo de Colombia en esos momentos, y  anotando 2 de las 4 carreras con que su equipo gana el campeonato, con sendos cuadrangulares, uno en el cuarto y otro decisivo en la parte baja del octavo episodio cuando el juego estaba empatado a tres carreras, fue la figura en un juego en que estuvo rodeado de estrellas, pues en San Andrés estaba el ex grandes ligas Joaquín Gutiérrez, y por Córdoba jugaban Holber Alexis y Orlando Cabrera, que llegarían mas tarde a la gran carpa.
El otro título lo gano en la quinta versión del torneo de 1995, en Cartagena derrotando al equipo de Bolívar, en el mismo estadio 11 de Noviembre, y logrando por fin que su nombre se incluyera en una selección Colombia, con la que participo, en la Copa de la Amistad en Nicaragua, y en una serie que recorrió el país  contra Cuba.
En su recorrido Beisbolero William Cabeza paso fugazmente por el profesionalismo Colombiano, con el equipo Vaqueros de Montería, en la temporada 95-96, para 1997 incursiona sin muchos éxitos en la pelota profesional de Nicaragua copa Stanley Cayaso, con el equipo San Fernando de Managua, bateando para 279, su actuación fue muy discreta debido a los constantes roces con el cuerpo técnico del  equipo, muy a pesar del cariño de los aficionados.
                              Con la camiseta de las islas de pie al centro.
Ese mismo año regresaría al Beisbol local con el equipo Cámara de Comercio, pero sintiendo una gran tristeza, pues no había podido cumplir con la promesa hecha a su madre, de sacar adelante a su familia, ya  que pese a todo lo hecho con su guante y el poder de sus muñecas no había podido conseguir un buen trabajo, por lo que había decidido cumplir ese año con la pelota y trataría de embarcarse en un barco pesquero, que le permitiera ganar lo suficiente para comprarle una casa a su familia y vivir feliz rodeado del cariño de sus hijos y su esposa, pero esta vez el picheo de la vida no le permitió conectar el batazo, para ganarle el partido a la pobreza, y por el contrario le toco cargar con una derrota que le costó la vida,  dejando sumida en una profunda tristeza a su familia y al Beisbol Colombiano, aquel 23 de Diciembre cuando oficialmente se declaro desaparecido, después de haber zarpado el 7 de ese mismo triste Diciembre de 1999.
William Cabeza Vizcaíno, fue considerado en la última década del siglo anterior como el mejor tercera base de nuestro país, aunque por su humildad el nunca lo  considero así; en vida siempre admiro a Joaquín Gutiérrez y  al emblemático Abel Leal Díaz, aparte de San Andrés le hubiera gustado jugar en los equipos Águila o Colchones Barakat de la liga de Bolívar en Cartagena.
Hoy 12 años  después, todavía las Islas lloran su muerte, y Colombia aun no encuentra una tercera base de su clase defensiva y el poder de sus muñecas.


Comentarios y opiniones a robinson1220@hotmail.com

10 julio 2011

EDISON CHRISTOPHER

El verdugo del Baloncesto Mexicano…Un gigante del deporte Colombiano que pasea su gloria por las calles de las Islas…


Este versátil deportista Isleño, se inicio en los ajetreos del deporte, a la edad de 13 años en su natal San Andrés, practicando el Beisbol, deporte tradicional de las Islas, y en el cual su padre era animador pues contaba con un equipo llamado Getsemaní, y en el cual Edison desarrollo sus primeras practicas, alternándolas con sus estudios de secundaria, en el glorioso colegio Bolivariano.
En el deporte de los bates y las manillas se inicio jugando tercera base y siempre mostro un gran poder al bate, pero en sus inicios tuvo dificultades para jugar con los spikes, por lo que casi siempre jugaba con tenis lisos, lo que sumado a su estatura y gran corpulencia, lo convertían en un pelotero, lento para correr y desplazarse, sobre las almohadillas.
Avanzando en sus estudios de bachillerato, le toco viajar a Barranquilla a donde llego dispuesto a continuar sus estudios, también siguió jugando beisbol, con la Normal de Barranquilla, y compitiendo por el puesto de tercera base de la selección Atlántico, con el ya conocido Milciades Mejía, quien le gano el puesto al gigante Isleño, por su mayor experiencia, entonces se intereso por el Baloncesto, su estatura y corpulencia le favorecían para la práctica del deporte de las cestas, por eso le acepto la invitación al paisano Udel Forbes, para ver la final del Baloncesto del Atlántico entre Endela, Escuela Normal Superior del Atlántico, contra Santropel, equipo de la elite Barranquillera, los besos y abrazos de las niñas adineradas de la Arenosa, recibidos por el gran Elías Chewin,  el héroe de esa final, le hicieron motivarse para, practicar y esforzarse hasta convertirse en la estrella que también le llovieran abrazos y besos, corría el año de 1.952.
El profesor Augusto López, observa el interés de Christopher, en los entrenamientos y después de 4 meses de duro y arduo trabajo, lo incluye en el equipo de Baloncesto que representaría al Departamento del Atlántico, en los Primeros Juegos Nacionales Intercolegiados de ese año en Neiva, ganando su primera medalla, y  ganándose, el título de mejor jugador del torneo.
En 1953 le llego la hora de su consagración, en el Baloncesto Colombiano, cuando en el Campeonato Nacional, que convocaba a los mejores Basquetbolistas de Colombia, el profesor Augusto López lo lleva de nuevo con el representativo de Atlántico, y en el debut contra Santander del Sur, tiene una portentosa actuación rompiendo todos los records vigentes en el País en la producción de puntos, y que estaban en manos de los consagrados, Edmundo Luna, Oscar Uribe Arcila, Saúl Peláez, etc.
Habiendo mostrado todo su potencial basquetero, al ariete Isleño le quedaba el reto de la selección Colombia, hecho que llego ese mismo año, cuando fue convocado para integrar el equipo que por Colombia estaría en el Campeonato Centroamericano y del Caribe en México, y es aquí donde en el propio territorio de los manitos, el Gigante Isleño, los destroza,  para que el quinteto Colombiano los derrotara y les quitara el invicto, desde entonces los Mexicanos recuerdan a Edison Christopher como su VERDUGO, de quien no tienen, ni quisieron nunca ni un autógrafo, pues el por temor a que tomaran represalia por su contundencia en el juego, les firmaba con otro nombre.
Al regreso de México, ante el ofrecimiento de de los dirigentes y compañeros que jugaban en la capital del país decide quedarse, en Bogotá con el propósito de trabajar Y concluir los dos años de  Bachillerato que le faltaban.
Entre 1953 y 1954, el “Negro Christopher” como ya se le conocía en el mundo Basquetero, estuvo a punto de convertirse en profesional en el mejor Baloncesto de América, (EE.UU, Y BRASIL) primero fue Brasil, el técnico Canelo que lo vio romper cada  vez que  quiso la defensa Brasileña en el Suramericano de Córdoba, Argentina, y hacerles 37 puntos, le ofreció trabajo en el equipo Flamengo, pero Edgar A. Sénior que recibió el pasaje, lo negó diciendo que no estaba en el país, y regreso el pasaje, aduciendo después que quiso evitar que  a Christopher lo nacionalizaran Brasileño.
Edison mantuvo su nivel y su cupo en el equipo de Colombia que participo en Agosto de 1954 en el XVI campeonato Suramericano de Baloncesto en Cúcuta, el quinteto Nacional solo pudo ocupar el séptimo puesto, pero con una brillante actuación del gigante de las Islas, y  es cuando recibe el ofrecimiento para ir al baloncesto Norteamericano, de parte del técnico Chic Davis, aquí nuevamente la dirigencia Nacional, esta vez algunos miembros del estamento Militar, enredaron al Isleño con ofrecimientos que después no se cumplieron, y nuevamente frustraron la llegada al baloncesto profesional, de quien en esos momentos era la figura más relevante de este deporte en Colombia.
Viviendo en Bogotá, “El Negro Christopher” continúa sus estudios, y logra concluir el bachillerato, incursionando en la Universidad Bolivariana y hace un semestre de Economía y Comercio, alternándolos con la práctica del Baloncesto, hasta 1957.
Ese año participa en los VII juegos Nacionales de Cali, representando al Caquetá, y con su intención de irse para Medellín al final del evento, desata la mas acida de las polémicas, pues con los jugadores de la Liga de Baloncesto Bogotá se formaron, 4 equipos para torneo de Baloncesto, representando 3 Departamentos diferentes, todos clasificaron y Cundinamarca que representaba a Bogotá quedo de colero, entonces la Federación comenzó a reglamentar los pases de los jugadores de un Departamento  a otro, situación que tomo  Christopher en su intención de irse a jugar por Antioquia, lo que finalmente pudo lograr, y pese a que su hermano Ardy no era gustoso, en Medellín lo recibieron con los brazos abiertos, y conforma con su hermano una dupla que hizo historia no solo en Colombia, también en el Suramericano de Chile del 57.
Sobre el final de los años 50, regresa a jugar Beisbol, pirateándose como estudiante  de la Normal de Medellín, al lado del paisano Florentino Manuel, y logra después de los Juegos Nacionales de 1960, traer de Cartagena a su compadre José Miguel Corpas, con quien logra entusiasmar a un grupo de dirigentes Antioqueños, y a los empresarios de Coltejer, Fabricato, Furesa, la Universidad de Antioquia, y otras firmas para llevar al Beisbol Paisa, peloteros de la región Caribe, con los que pudieran competir en los torneos Nacionales.
Christopher comenzó  así, a pasear su figura en los dos deportes por todos los estadios y coliseos de Colombia, y del continente, en 1964 en los Juegos Nacionales de Ibagué alternando el Beisbol con el Baloncesto, fue destacado entre los mejores al lado del gran “Cochise” Rodríguez.
Para 1967, coinciden en el calendario deportivo de Colombia, la realización del nacional de Baloncesto en Barranquilla, con el nacional de Beisbol en Cartagena, Christopher decide irse para Cartagena, obligando a la liga de Baloncesto de Antioquia, a contratar de emergencia al también Isleño “Pilo” Ávila, para reemplazarlo; Antioquia conquistaría aquel año el Titulo Nacional de Beisbol derrotando en la final  a la novena de Atlántico, de la mano de los compadres:  José Miguel Corpas como torpedero  y lanzador, y el  gigante Isleño de primera base y cuarto bate.
Con la selección Colombia de Beisbol, equipo que Edison comenzó a conformar en 1970, con motivo de la serie Mundial de la Femba en Cartagena y  Barranquilla también dejo huellas el ariete Sanandresano, pues en Panamá  en 1971 durante los XI Juegos Centroamericanos y del Caribe, su bateo fue fundamental en el tercer lugar que ocupo Colombia, conectándole un cuadrangular con las bases llenas, al estelar Puertorriqueño Sandalio Quiñones en la victoria Colombiana 5X2, pero la forma como lo trato el técnico Nacional de esa época “Manía” Torres,  y  por respeto a su calidad de técnico de baloncesto también por esa época, lo obligaron a desistir de seguir acompañando a la selección de Beisbol. 
Este es Edison Christopher, el mismo que se considera realizado en los deportes de su vida: El Beisbol, deporte que nació con él, lo práctico por respeto  a la tradición de su tierra, y el Baloncesto deporte al que llego por accidente, pero que le dio nombre e imagen Internacional y Nacional.

“El Negro Christopher”;  Miguel Ángel Bermúdez y otro gigante Luis “el Gringo” Escobar.
El mismo que como técnico, impuso un estilo con base en la seriedad, el respeto, y el carácter para hablarle a sus entrenados.
El mismo que considera que la base del éxito en la práctica del deporte está en la constancia, respeto para el trabajo, la Disciplina, y el deseo por superarse siempre.
El mismo que se considera un padre feliz y responsable de la crianza de sus 7 hijos: 3 mujeres y 4 hombres, todos practicantes del deporte y profesionales de carreras.
El mismo que ha infundido la norma, que la formación de hogar en los niños, influye en el futuro del buen deportista.
El mismo que como deportista siempre le dijo no a las drogas, pues no las uso ni para calmar dolores, ya que Dios lo premio, convirtiéndolo en un deportista sano, de pocas lesiones.
El mismo al que pese a su exitosa carrera, el deporte no le dejo dinero, pues en su época solo le daban unos pírricos viáticos y uniformes, era la época en que ser un buen deportista se premiaba con estudios o un modesto trabajo, hoy se paga mucho dinero, y eso facilita el camino a los  vicios de los jóvenes deportistas con mediana calidad.
Este es el mismo Edison Christopher, que lo dio todo por su país a cambio de nada, el mismo al que la dirigencia deportiva, con engaños le frustro la posibilidad de brillar en el  baloncesto profesional en el momento culminante de su vida, y el mismo que 36 años después de dedicárselos al deporte de este mismo país, no le creyeron la única vez que se lesiono, y lo sancionaron, obligándolo al retiro en 1990.

11 junio 2011

Tributo a las Glorias del Deporte Sanandresano

ERNESTO STEEL…el Isleño que nació con una bola de beisbol en sus manos.  


ERNESTO STEEL
 Así define el gran maestro Baldo Archbold, padre de la enseñanza del Beisbol Sanandresano, al máximo ídolo, al  mejor pelotero del Archipiélago, y uno de los mejores de Colombia en los últimos 30 años.
Según el periodista Santander Herrera, quien siguió a Steel durante la ultima parte de su corta carrera en el Beisbol y por la vida, Dios le devolvió a San Andrés, el regalo que el como Padre le hizo a la humanidad con el  nacimiento un 24 de Diciembre  de su hijo, pues ese mismo día, pero de 1956 en el histórico y beisbolero sector de Loma-Barack, vio la primera luz del día este icono del deporte Insular.
Ernesto Steel, vivió con una gran intensidad  su corto paso por el deporte que le despertó su gran pasión: la pelota calienta, pues su entrega desde sus primeros años en la práctica, llamo la atención de los primeros técnicos que comenzaron a forjarlo, debido al interés y las gana que ponía para convertirse en jardinero, y la fuerza con que le pegaba a la pelota.
Para esa época las categorías menores del Beisbol isleño no estaban organizadas por eso muchos jóvenes de esa época como Ernesto Steel, les toco llegar a la primera categoría demasiado jóvenes, situación que obligaba a que su desarrollo en esa categoría fuera muy lento, pues a los técnicos les tocaba enseñarles todo, a pesar de su edad adulta. 
De niño Ernesto Steel comenzó a vivir la pasión por el beisbol en las empedradas calles y patios del sector de Barack en La Loma, luego como todos los jóvenes de la época, 1970, cuando solo contaba con 14 años, llego al colegio Bolivariano,  allí lo toma el Dr. Álvaro Archbold Manuel, y comienza a pulir algunos de sus movimientos a la defensiva como jardinero lo mismo que en la caja de bateo. Como todos los días en su paso al colegio, y a las prácticas le tocaba pasar por la casa de quien seria su guía en el Beisbol, el maestro Baldo Archbold, a quien le llaman su atención el 1.90 metros de estatura y las casi 185 libras de peso que a esa edad ya contaba, y una tarde cualquiera el viejo maestro lo aborda y comienza hablarle para que juegue con el equipo de primera categoría de La Loma, donde el seria su manager,  además donde su papa era directivo y fundador.  
 
de rodilla  fila de derecha a Izquierda la selección de las Islas
En 1971 Ernesto es terminado de convencer por el maestro Baldo, quien comienza entonces a trabajar con el, aprovechando su estatura y corpulencia para que se convierta y juegue la  primera base y su bateo fuera mas solido, fue así como logro que cuando  arranco la temporada de ese año el jovencito de solo 15 años estuviera defendiendo el primer cojín del equipo mas popular del beisbol Isleño: La Loma.                  El maestro Baldo Archbold que fue el formador del desaparecido prematuramente Enesto Steel, comienza desarrollando el perfil de este gran deportista, definiéndolo con una gran calidad humana, adquirida en los principios de una buena formación de hogar, con buenos principios morales, que le dieron el gran comportamiento en la convivencia con sus compañeros de equipo y de selección, para el viejo maestro se gano el cariño de sus compañeros por el buen trato, persona cariñosa, formal, no se enojaba cuando le corregían, y siempre atento a todos los movimientos del juego, que siempre seguía con una gran pasión, y concentración.
La corta edad con la que llego al Beisbol de primera categoría, demoro su desarrollo, y su llegada a los campeonatos nacionales, pues aunque brillaba en los torneos locales, tanto que su calidad llego a ser comparada con otro inmortal del beisbol isleño, el también primera base Demóstenes Archbold, sin embargo a ello siempre le faltaba la experiencia para jugar en los nacionales, por eso tuvo que esperar hasta 1979, para ponerse por primera vez y no quitársela mas mientras estuvo con vida, la camiseta de las Islas, en el nacional de Cartagena de donde regreso Subcampeón, el lugar mas alto logrado por San Andrés en la historia de los campeonatos Nacionales, y donde conecto uno de los cuadrangulares mas largos de que se tenga conocimientos, por la banda del jardín derecho del templo del beisbol Colombiano, el viejo coloso y ahora remodelado estadio 11 de Noviembre.
Allí comenzó a escribir su nombre con letras de molde en la historia de la pelota caliente nacional, pues aparte del titulo de jonronero, su  gran calidad defensiva y la plasticidad con que se desempeñaba para tomar todos los tiros que llegaban desde cualquier sitio del terreno de juego, le valieron para ganar también el titulo de mejor primera base del torneo, su bateo recio además hizo que los lanzadores desde entonces, sintieran temor y respeto en cada uno de sus turnos.
Pero fue el año 1982, en el campeonato nacional de Montería, cuando Ernesto Steel puso su nombre en lo mas alto de la historia beisbolera de este país, allí brillo con luz propia, y su gran disciplina en la caja de bateo, su manera selectiva de elegir los lanzamientos a los que le hacia swing, le valieron para ganarse casi todos los títulos de bateo del torneo, además del titulo de mejor primera base, y el mas valioso, también por primera vez ese año fue llamado a conformar la selección Colombia, consagrándose con su recio bateo y su gran defensiva en los torneos Internacionales a los que asistió hasta 1984.
Los grandes éxitos de Steel en la pelota caliente Sanandresana continuaron dándose en los torneos locales, hasta cuando hacia 1988 su adicción al cigarrillo comenzó a pasarle factura de cobro, y comenzó a perder peso de una manera tal, que fue el propio maestro Baldo Archbold quien descubrió que  el coloso venia en declive en su rendimiento deportivo y que su estado de salud no era el mejor, en una tarde de prácticas en el viejo Willonwourth May, en que lo vio sin camisa y pudo apreciar que sus pantalones no se sostenían en su cintura. Entonces con la asistencia médica del Dr. Álvaro Archbold se iniciaron los tratamientos médicos que le determinaron un avanzado cáncer en los pulmones, y que  lo llevaron a recibir atención de los mejores especialistas de Medellín y  Bogotá.
Ernesto Steel primero de derecha a Izquierda de pie # 22 luciendo el uniforme de Loma
Pero su estado de salud estaba tan deteriorado que su fortaleza física no le alcanzo para defender el juego más importante de su vida, y su bateo se vio diezmado ante,  la forma como el cáncer domino sus pulmones, y el 22 de Diciembre cuando estaba a punto de cumplir 32 años se produce su deceso enlutando, y llenando de tristeza a las Islas, ese fin de año, su muerte parece que se hubiera llevado la alegría del Beisbol de los estadios de las Islas, y de Colombia como lo señala el narrador más ferviente de sus hazañas Gabriel Salcedo Román, quien dice además que jugar Beisbol para él era como una fiesta, ya que su emotividad con los aficionados y aun con la prensa era desbordante. Ni siquiera su hijo Stewart que despuntaba como alguien que recogería la grandeza Beisbolera de su padre, pudo con ese encargo, y en dos oportunidades se regreso de Venezuela, donde fue llevado como prospecto a la gran carpa, víctima de la tristeza por separarse de su mama, y la ausencia eterna de su padre, el hombre que nació con una PELOTA DE BEISBOL EN SUS MANOS.
           

07 abril 2011

CAJASAI, RINDE TRIBUTO A LAS GLORIAS DEL DEPORTE ISLEÑO

MARIO LIVINGSTON, UN GUERRERO RAIZAL, EN LOS RINES DE COLOMBIA…


Se inicio en la práctica del deporte de las narices chatas y las orejas de coliflor, hacia el año de 1972 de la mano del fallecido Galo Ramos, Mario acababa de cumplir 17 años y regreso de Barranquilla donde vivía, para radicarse en su natal San Andrés, al veterano entrenador le llamo la atención su estatura y longilinea figura, y lo invito para que fuera al viejo coliseo de zinc de la antigua avenida Colombia, para que entrenara Boxeo, un mediodía en que Mario merodeaba por la avenida Juan XXIII,  bajando del barrio el Cliff donde vivía.
No atendió el llamado del viejo zorro de los cuadriláteros inmediatamente, pero a la mitad de la semana se presento al viejo coliseo de zinc de la antigua Avenida Colombia, y comenzó a recibir las primeras instrucciones, el fin de semana, Sábado, se vio con los guantes calzados iniciando la que sería la más brillante carrera boxística que lo llevo a efectuar un total de 76 peles en toda su carrera de aficionado y profesional, y convertirse en la figura más representativa de este deporte entre los Raizales de su tierra.
Su rápido desarrollo boxístico lo llevaron en muy poco tiempo, a ganarse la admiración del público Sanandresano, que lo convirtió en ídolo, y fue así como comenzó a integrar las selecciones de San Andrés, que realizaba intercambios con el continente Colombiano, y algunos países de Centroamérica, como Costa Rica.
Pereira fue la sede de los juegos Nacionales de 1974, y Mario por primera vez,  hizo parte del equipo de Boxeo, dirigido por Linfer Contreras, y Sixto Hooker, en la final cayó ante el Cordobés Freddy “El Riel” Hernández, aquella selección la integraban además, entre otros: Tomas Maza, y William Blanco.
En 1975 asistió al campeonato Nacional de boxeo de mayores en Girardot, donde gana su primera medalla de oro del peso mosca derrotando en la final al ex campeón mundial Prudencio Cardona.
Su nombre comienza sonar en el ambiente del boxeo Colombiano, y es así como en 1976, en la final del torneo Nacional de Montería, escenifica una de las más reñidas finales en la historia de estos campeonatos, y pierde por estrecho margen (3x2) ante el también ex campeón mundial gallo Miguel Happy Lora. Y en el torneo Nacional del año siguiente en Bucaramanga, vuelve a ser víctima de los jueces, y nuevamente pierde la final esta vez ante el local Raúl Díaz, pese a la derrota es convocado por Orlando Pineda técnico del equipo que asistiría al Mundial de ese año en México, pero sorpresivamente es llevado  Cartagena donde lo ponen a eliminarse con Francisco Montalvo, pelea que pierde y es excluido de la delegación.
Esta actitud y ya sin rivales atractivos en el campo aficionado, obligan su salta al profesionalismo en 1980, de la mano de los empresarios locales, Elías Gaviria, Juan Contreras, y los Hermanos Fajardo entre otros, quienes le organizan la gran mayoría de sus peleas en el campo profesional en San Andrés, enfrentándose  los mejores de esa época en sus categorías, sobresalen los  nombres de Francisco Montalvo, a quien en el debut, lo derrota por ko en 3 asaltos, Héctor “la avispa” Pinto, “Pambelito” Cervantes,  a quien le gana el título Nacional del peso Supargallo en 1982, Rubén Darío “el Huracán” Palacio, Toribio Riascos con quien disputo el título Nacional supermosca en Buenaventura, cayendo por decisión de los jueces en 12 asaltos, William Hernández, Raúl Díaz, Ezequiel Polo, José Alfredo Jiménez, Cirilo Sanmartín, Valerio Zea, Moisés Fuentes Rocha
Como Boxeador Mario Livingston, recorrió el país, y algunos países de Centroamérica, donde dejo con su sudor y su sangre, huellas de la estirpe de la que están hecho los raizales Colombianos, no se distinguió por una gran pegada, pero su estilo ingrávido le permitió desarrollar una de las máximas del arte de fistiana: pegar y no dejarse pegar, hoy su forma de encarar la vida después de su retiro de los ensogados, trabajando y viviendo dignamente, lo colocan como un gran ejemplo de vida para nuestras futuras generaciones.
Mario Livingston colgó los guantes en 1990, y hoy en día vive agradecido de un deporte que le permitió construir su casa, pese a que no gano grandes bolsas, en 18 años conoció muchas partes del país, y otros países, también vive agradecido de sus maestros Galo Ramos, y  Sixto Hooker, anhela trabajar con los niños y jóvenes que quieran practicar el deporte que el ama todavía.

01 abril 2011

CAJASAI, RINDE TRIBUTO A LAS GLORIAS DEL DEPORTE ISLEÑO…JAIME RODRIGUEZ, TERROR DE BOLIVAR…PERO NUNCA LES PUDO GANAR….

Sin lugar a dudas al lado del Monteriano Manuel Hernández Sibaja, este Isleño conforma el dúo de lanzadores zurdos más terrorífico, que han enfrentado los bateadores Colombianos, y de otros países cuando vistieron la camiseta de Colombia en torneos Internacionales.
Sus inicios practicando deportes en su natal San Andrés, no fueron precisamente en el Beisbol, pues en 1958 cuando comenzaron sus inquietudes deportivas, practicaba Futbol.
Contaba con 14 años, sus progresos en el balompié eran muy pocos, y fue entonces cuando el querido y recordado maestro BALDO ARCHBOLD, quien lo tomo para enseñarle las primeras clases de los bates y las manillas, lo llevo al viejo estadio de la Loma, donde mostro una gran actitud para este deporte, entonces quería convertirse en outfielder, pero ante el poder de su brazo , el viejo maestro lo convenció para que se fundamentara como lanzador, lo hizo con tanta vehemencia y tenia tanta calidad que muy pronto los bateadores que enfrentaban al equipo de la Loma, comenzaron a hablar de las virtudes del zurdo lanzador, por esa época ya contaba con 16 años, pero su desempeño parecía el de un veterano del montículo, como no estaban reglamentadas las edades en el  beisbol de las Islas, fue convocado para integrar la selección, que asistiría al torneo Nacional de ese año, el traslado al continente había que hacerlo en barco, por lo que por los riesgos que representaba para el, por su corta edad su madre se opuso, y vio frustrado su sueño de representar a su tierra, corría el año 1962.

             Defendiendo los colores de Bogotá  
El tiempo pasaba, y Jaime perfeccionaba su calidad de lanzador siempre bajo la mirada del maestro Baldo, quien también le aconsejaba para manejar el temperamento en el montículo, factor importante en la vida de un lanzador, pues cada bateador merece una concentración en cada lanzamiento, por eso es agradecido y señala que de los técnicos que pasaron por su  vida: Capi Castillo, Quique Hernández, Félix Puello, Pedro Ortiz, Manía Torres, ninguno influyo tanto en su formación de lanzador, como el maestro Sanandresano.
Hacia finales de la década  de los 60, se enrola en las filas del Ejercito Colombiano, teniendo como base la guarnición de Coveñas, por lo que entre 1969, y 1970, se vincula con el Beisbol de Córdoba y milita en el equipo Cardenales, al lado de Guillermo  Regadera Rodríguez, Osvaldo López, Ovidio Martínez, Edmon Cordero, y otras figuras también legendarias del beisbol Cordobés;  ese año en 1970 es llamado por el equipo de las Fuerzas Armadas, y participa en el campeonato Nacional de Ibagué.
En 1971 incursiona en el beisbol de la capital del país, y hace parte de la selección  Bogotá al campeonato Nacional de Sincelejo, en ese evento no pudo enfrentar a San Andrés, pues el delegado Isleño le hizo ver al desaparecido Hermes Barros delegado capitalino, que Jaime pertenecía a la liga de las Islas,  al no haber solicitado la baja, por lo que aun conservaba su registro, en la liga del Archipiélago, entonces Jaime oriento al zurdo Alsina, como debía mezclar su picheo para derrotar al trabuco Sanandresano.
Para el campeonato Nacional de Santa Marta en 1972, el zurdo de oro de las serpentinas, regresa a casa para enfundarse la casaca de su San Andrés, y comenzar a imponer su ley de gran lanzador, hasta convertirse en el terror de la fuerte artillería de Bolívar, que por esa época brillaba con sus famosos tractores: Leal, Ñato Ramírez, Bayuelo, Bartolo Gaviria, etc.
Jaime Rodríguez nunca pudo ser apaleado por Bolívar, ni por ningún equipo Nacional, su picheo quebrado fue su mejor recurso, y de los grandes jonroneros de Colombia, solo recuerda un cuadrangular de Humberto Bayuelo, en e l campeonato Nacional de Santa Marta, producto de la única vez que quiso ponchar con una velocidad que nunca fue su fuerte, en ese juego San Andrés quedo en el campo, como siempre que perdió con Bolívar, por la mínima diferencia.
Sentado con gafas Jaime Rodríguez con su equipo de toda la vida: LOMA.
Esa es una de las pocas frustraciones que le dejo el Beisbol: en los torneos Nacionales, y por el gran dominio que ejerció sobre el recio  bateo Bolivarense, fue catalogado, como el TERROR DE BOLIVAR, pero nunca les pudo ganar, y siempre que perdió fue por la mínima diferencia, y además casi siempre por una infantilada de sus compañeros  o por un error garrafal, también guarda una gran tristeza por no haber conformado el equipó Isleño de 1979, que fue SUBCAMPEON en Cartagena por una diferencia con el manager Eduardo Castro durante la preparación, pero fue el primero en celebrar ese éxito, por el gran cariño y respeto que siempre profeso por sus compañeros de oficio, y por el gran amor al Beisbol de su tierra Sanandresana.
Mas de 25 años de Beisbol, le dejaron con una pensión que consiguió, paradójicamente el único año que no jugo con su equipo de la Loma, pues los directivos se rehusaban a jugar en el estadio del centro, entonces Ernesto Perry, le ofreció trabajo en el Ministerio de Obras Publicas, para que jugara con el equipo de San Luis, lo hizo y duro trabajando 21 años, lo que le permite, en virtud a esa pensión, vivir dignamente, gracias a un trabajo que le dio el deporte de su vida: EL BEISBOL. Por eso ahora quiere aportar al desarrollo de la nueva generación de Beisbolistas de las Islas, no solo sus conocimientos sobre el picheo, también aportar su experiencia de vida, para que los jóvenes se encaminen hacia la práctica del deporte de una manera sana, y responsable, quiere brindarse entero, para devolverle a las Islas y al rey de los deportes, algo de lo mucho que el pudo tener, gracias a la práctica de este deporte.