07 noviembre 2011

Campo Elías Terán,

 “El Mandarinosqui Mayor”: de los micrófonos a la Alcaldía de Cartagena


Campo Elías Terán Dix es oriundo del municipio de San Antero, Córdoba. Realizó el bachillerato en el Colegio Liceo de Bolívar de Cartagena, posteriormente estudió en la Universidad de Antioquia Administración Hospitalaria, y recientemente se graduó de Comunicador Social y Periodista en la Universidad Los Libertadores.
Fue alcalde del municipio de San Antero y profesional universitario en el área de la administración en salud en el departamento de Córdoba. Durante más de 25 años ha trabajado en medios de comunicación. En un principio fue narrador deportivo y luego en el ejercicio del periodismo social a través del “Noticiero Popular” de RCN.
Su popularidad, y el inicio de la campaña que hoy lo tiene como Alcalde electo de Cartagena, con la votación más alta en la historia electoral de la Heroica, es fruto de haber ayudado por muchos años a la gente a través de los micrófonos, y de la simpatía de quienes sienten que él es diferente a los políticos tradicionales.
Teherán, un afrocolombiano de casi sesenta años y que no pertenece a la tradicional élite política, Cartagenera, se convirtió en la principal opción de las clases menos favorecidas desde el momento en que comenzó hacer efectivas las diferentes campañas que por más de ocho años emprendió a favor de esas clases desprotegidas, en las zonas marginales, micrófono en mano y de frente con esas comunidades.
Teherán, Sananterano de nacimiento, pero gran Cartagenero de corazón, convirtió, en los años antes de lanzarse a la conquista del palacio de la Aduana, su micrófono en un instrumento de poder, y con humildad, y  gran clase humana, le permitieron no solo ganarse el cariño del pueblo raso, sino que se presentaba como amigo de políticos famosos, para convertirse en un intermediario entre las comunidades y el Distrito. Las personas llamaban para avisarle que en una cuadra estaban robando, que en un barrio no había luz hace dos días, o que están cobrando un impuesto predial alto en una manzana, y Campo, como le decían sus oyentes, llamaba al secretario encargado del tema, se reunía con el funcionario, presionaba por sus micrófonos. Y muchas veces lograba que se solucionara el problema. Además, Teherán se mantenía en contacto con las personas, no se quedaba en su cabina radial, mediaba entre pandillas, repartía mercados entre personas necesitadas, apoyaba competencias deportivas.
Por este tipo de actitudes, Campo Elías Terán es tan conocido por ello que su apodo, 'el mandarinosqui mayor', se refiere a su generosidad. La historia, contada por él, es que hace años se dio cuenta de que cuando los pensionados van a cobrar su mesada hay grupos de muchachas que los esperan para seducirlos y quedarse con su dinero. Al ver cómo los ‘pelaban’, se acordó de lo fácil que es pelar una mandarina, y los bautizó como ‘mandarinosquis’. Y, como, según dice, él regala y comparte todo lo que tiene, sus amigos lo terminaron llamando ‘el mandarinosqui mayor’.
Pero no todo es color de rosa para Campo Elías, pues lo ven débil a la hora de los temas de ciudad, administración pública, planeación, y falta de experiencia, y no es una crítica gratuita: Terán no ha sido elegido para ningún cargo público, lleva 20 años sin trabajar en el Estado y no es parte de una familia de políticos.
Campo se defiende. Recuerda su experiencia como administrador de salud en el hospital de Montería capital de su departamento de origen, Córdoba, donde tuvo actividad política, también como Alcalde de su natal San Antero. Y argumenta: “Soy un hombre estudioso, trabajador, y, sobre todo, tengo el apoyo de Dios”, dice y anuncia que va a estudiar administración pública, “especialmente con el tema de contratación pública, que es por el que tantos terminan en la cárcel”.
Aunque tiene claro que su principal apoyo fue en los barrios populares, Campo Elías evita ponerse de su lado y contra la elite Cartagenera. “A mí me reciben bien en el Club Cartagena”, dice. “Quiero que la clase empresarial tenga confianza en mi”, y les alarga la mano con dos propuestas: Es partidario de crear exenciones tributarias que permitan que más empresas se asienten en la ciudad y creen empleo. “Somos la segunda ciudad más exportadora del país, pero el 97 por ciento de lo que exportamos no es producido en Cartagena” recuerda. Además, quiere hacer obras. “Hay que hacer una unión con la sociedad de ingenieros y arquitectos para hacer obras para la movilidad. La ciudad necesita puentes.
Y por esta vía de los contratos, Terán también le habla a la clase política. “Yo no peleo con ninguno de los concejales. La relación con ellos tiene que ser de jalar y luego soltar un poquito”. Dice que no tiene sentido no darles puestos a los concejales si ellos presentan candidatos idóneos. Y es más: “Si un concejal me pide que le dé un contrato para hacer una calle, yo le pido que me mande la hoja de vida de la empresa a la que le quiere dar el contrato. Y si es bueno, miramos a ver qué se puede hacer”. Porque, según dice, lo que le importa es hacer obras para que la suya sea una administración admirable. “Mira, es la primera vez de un negro en la alcaldía de Cartagena. Si lo hago mal ¿cuándo volverá un negro a la alcaldía?”. 



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